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Me levantaba por la mañana y una sombra volvía a nublar la visión de mi
realidad. Otra vez! –pensaba– Ya se
me pasará– y continuaba el día y así
otro y otro y otro. Me preocupaba, me rayaba, lloraba, creía que las cosas no me
salían bien, pero en realidad no hacía nada para cambiarlas y continuaba
triste, mal e infeliz.
Esperas un cambio pero es tal el deseo que lo ahogas antes de dejar que este suceda por si solo. Sabes la teoría perfectamente, sólo debes rendirte y permitir que suceda lo que tenga suceder. Te dura un día y al siguiente vuelves a sentirte tan mal que vuelves a forzar el destino deseando, deseando, deseando. Sólo debes pararte y pararlo. Y no se trata de falta de valentía para proceder si no falta de confianza. No confías en ti ni en que suceda lo que te mereces que suceda. Cuando no confías eres terriblemente vulnerable.
Y así vivía mi presente, o mejor dicho, no lo vivía, y un buen día me dicen
que estoy enferma y esta vez es de verdad. Incertidumbre, pánico, dejas de
racionalizar y empieza un camino de terrible angustia. No te paras, te paran.
–No quiero entrar en la culpa, estas cosas suceden –me digo a mi misma– No quiero entrar en el por qué a mi, porque no se trata de mala o de buena suerte.
Quiero salir de todos estos argumentos y decido abrazar lo que me pasa porque quiero transformarlo. Decido no querer luchar contra ello porque, a pesar del sufrimiento, esto sólo puede tener sentido siendo lo que es: una oportunidad y no quiero luchar contra mi oportunidad.
–No quiero entrar en la culpa, estas cosas suceden –me digo a mi misma– No quiero entrar en el por qué a mi, porque no se trata de mala o de buena suerte.
Quiero salir de todos estos argumentos y decido abrazar lo que me pasa porque quiero transformarlo. Decido no querer luchar contra ello porque, a pesar del sufrimiento, esto sólo puede tener sentido siendo lo que es: una oportunidad y no quiero luchar contra mi oportunidad.
Ahora puedo ponerme en la piel de muchos enfermos que odian terriblemente
lo que les pasa y odiar tu enfermedad es odiarte a ti. Creo en el poder del
pensamiento positivo, creo en las ganas de vivir y creo en la vida. Y no se
puede luchar contra una enfermedad porque ella no es tu enemigo.
Tengo objetivos a corto plazo y voy a llevarlos a cabo y esto sólo se puede
hacer estando bien y así será.
Hoy os puedo decir que la vida es muy frágil y todo es bueno vivirlo.
Celebrar vuestras experiencias vitales, todas y cada una de ellas, las buenas y las malas, porque todas son VIDA.
Hoy os puedo decir que la vida es muy frágil y todo es bueno vivirlo.
Celebrar vuestras experiencias vitales, todas y cada una de ellas, las buenas y las malas, porque todas son VIDA.
WARATAH, es una flor de Australia que ayuda a sacar hacia afuera los
recursos de supervivencia, engendrando valor, fortaleza, tenacidad y
perseverancia. Aporta fe para continuar hacia delante y tomar conciencia que
aquello que te sucede en la vida te lo envían porque tienes la fortaleza
suficiente para hacerle frente.
Y, por encima de todo, CONFIA!.
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